En un mes marcado por la vorágine política e internacional, el cielo nos regala un respiro: octubre será escenario de encuentros astronómicos únicos, con la Luna como gran protagonista acompañada de Saturno, Venus, Mercurio y hasta el famoso cúmulo de las Pléyades. Un recordatorio de que, más allá de los titulares terrenales, hay un espectáculo gratuito y universal que cualquiera puede disfrutar con solo mirar hacia arriba.
5 de octubre — La Luna y Saturno, un dúo imponente
La primera cita astronómica del mes llega la noche del 5 de octubre, cuando la Luna y Saturno alcancen su máxima altura en el firmamento, separados por apenas 3,3 grados. Este acercamiento visual permitirá ver al “Señor de los Anillos” junto a nuestro satélite natural. Además, Saturno entra en fase retrógrada hasta el 27 de noviembre, un fenómeno aparente en el que parece moverse en dirección contraria a la habitual. Noche tras noche, los observadores podrán notar cómo el planeta se desplaza lentamente hacia el oeste.

10 de octubre — La Luna y las Pléyades, un encuentro estelar
Cinco días más tarde, la Luna en fase gibosa menguante se acercará a menos de un grado del cúmulo de estrellas conocido como las Pléyades o “Las Siete Hermanas”. Aunque el brillo lunar ocultará parte del grupo, algunas de sus estrellas más luminosas seguirán siendo visibles. Este cúmulo ha fascinado a culturas de todo el mundo, desde los griegos hasta las civilizaciones andinas, convirtiéndolo en uno de los objetos más emblemáticos del cielo nocturno.
19 de octubre — La Luna y Venus iluminan el amanecer
En la madrugada del 19 de octubre, otro espectáculo se alista en el horizonte oriental. La Luna y Venus estarán separados por menos de cuatro grados y podrán observarse juntos poco antes del amanecer. Venus, conocido como “la estrella de la mañana”, será fácilmente reconocible por su brillo intenso, acompañado por la luz tenue de la Luna menguante. Un momento ideal para quienes madrugan y buscan iniciar el día con una dosis de maravilla celeste.
29 de octubre — Mercurio, el planeta esquivo
El mes cierra con una oportunidad poco común: observar a Mercurio, el planeta más cercano al Sol y también uno de los más difíciles de identificar por quedar oculto entre los destellos solares. El 29 de octubre alcanzará su máxima separación del Sol, haciéndose visible poco después del atardecer. Basta con mirar hacia el oeste, tras la puesta del astro rey, para intentar descubrirlo. Un reto astronómico para quienes disfrutan cazando los cuerpos más discretos del cielo.
Consejos para no perderse nada
Para disfrutar de estos fenómenos no se requieren telescopios sofisticados: basta un lugar oscuro, alejado de luces artificiales y, en lo posible, con un horizonte despejado. Los binoculares pueden mejorar la experiencia, especialmente para apreciar cúmulos estelares o detectar a Mercurio.
Una pausa para mirar arriba
En medio de un octubre cargado de noticias terrenales, estos fenómenos astronómicos invitan a detenerse un momento y levantar la vista. La Luna, los planetas y las estrellas recuerdan que somos parte de un universo vasto y misterioso, siempre dispuesto a ofrecernos un espectáculo inolvidable.
