TRINIDAD CELEBRÓ TODOS LOS SANTOS CON EL AMMAM’I

Nov 4, 2024

Esta celebración del Ammam’i, que en lengua mojeña significa “día de las almas” o “día de los difuntos”, es una mezcla de ritos indígenas y creencias cristianas, en la cual se honra a los ancestros y se rinde tributo a sus memorias con respeto, cariño y solemnidad.

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En una emotiva jornada de conexión con los ancestros, el Cabildo Indígenal de Trinidad conmemoró este 2 de noviembre el Amamm’I, también conocido como el Día de las Almas.

Esta tradición ancestral, que honra a los seres queridos fallecidos, constituye una de las festividades más significativas para las comunidades indígenas de tierras bajas, al coincidir con el Día de Todos los Santos, celebrado por la Iglesia católica.

Este ritual busca fortalecer y preservar la identidad cultural de los pueblos indígenas, revalorizando sus creencias y costumbres.

Desde temprano familias indígenas se reunieron en la capilla del Cabildo Indígenal para rendir homenaje a sus difuntos.

La celebración, cargada de simbolismo y espiritualidad, integró música autóctona, cantos ancestrales y el aroma de comidas típicas preparadas especialmente para la ocasión.

Los altares, decorados con flores, velas y ofrendas, se convirtieron en el centro de la festividad, donde cada familia compartió recuerdos y anécdotas de sus seres queridos, creando un ambiente de respeto y nostalgia.

El corregidor del Cabildo Indígenal, tata Ruben Yuco, subrayó la importancia de conservar y transmitir estas tradiciones a las nuevas generaciones.

«El Amamm’I es mucho más que una simple celebración. Es un momento para honrar a nuestros ancestros, agradecer por todo lo que nos han dado y fortalecer nuestros lazos como hermanos», expresó Yuco.

El Amamm’I es una ocasión especial para recordar que el respeto hacia los ancestros es parte de la vida cotidiana, una enseñanza que debe ser transmitida a los jóvenes para mantener viva la esencia cultural de sus comunidades. Esta práctica fortalece los valores y la espiritualidad de las generaciones futuras, conectándolas con sus raíces y reafirmando su identidad.

Así, la celebración del Amamm’I en Trinidad no solo honra a los difuntos, sino que actúa como un recordatorio de la importancia de preservar el patrimonio cultural y transmitirlo de una generación a otra.

ORÍGENES Y SIGNIFICADO DEL AMMAM’I

El Ammam’i tiene sus raíces en la cultura mojeña-trinitaria, una de las etnias originarias de la región del Beni.

Para los indígenas mojeños, la relación con los difuntos va más allá de la muerte física; consideran que sus almas permanecen y mantienen un vínculo con el mundo de los vivos.

La celebración del Ammam’i representa un puente entre estos dos mundos, permitiendo a las familias reencontrarse simbólicamente con sus ancestros, pedirles protección y mostrarles respeto.

Este día especial también es una oportunidad para recordar las enseñanzas y valores que los antepasados dejaron como legado.

En la cosmovisión mojeña, los difuntos siguen cuidando a sus seres queridos desde el más allá, y durante el Ammam’i, el pueblo tiene la oportunidad de rendirles homenaje y agradecer por su guía y protección.

PREPARATIVOS PARA LA FESTIVIDAD

La preparación del Ammam’i en Trinidad comienza días antes del 1 de noviembre. Las familias se preparan con mucho esmero, decorando altares en sus hogares y, en algunos casos, también en los cementerios.

Los altares suelen ser adornados con fotografías de los difuntos, velas, flores y, especialmente, los alimentos favoritos de los fallecidos.

Estos altares, conocidos como mesas de Todos Santos, están llenos de ofrendas que reflejan el cariño y la devoción de los familiares hacia quienes ya partieron.

Entre los alimentos más comunes se encuentran panes, dulces, frutas, y en algunos casos, platos típicos de la región como el majadito y el masaco, que son preparados especialmente para que las almas de los seres queridos puedan “disfrutar” de estos manjares.

EL RITUAL DEL AMMAM’I: COSTUMBRES Y TRADICIONES

El Ammam’i se distingue por la participación de toda la comunidad en los rituales, que se extienden desde las casas familiares hasta los cementerios.

En la madrugada del 1 de noviembre, las familias suelen encender velas y realizar oraciones especiales en sus altares. Para los mojeños, este momento es el inicio de un reencuentro simbólico con las almas de sus seres queridos.

La tradición cuenta que las almas regresan al mundo de los vivos para visitar a sus familias, especialmente a sus descendientes.

Es por ello que los parientes dejan ofrendas de comida y bebida para que los difuntos puedan nutrirse durante su visita.

En algunos hogares, se acostumbra tocar instrumentos tradicionales como el moxeño o realizar danzas en honor a los difuntos, demostrando que la alegría y el respeto pueden coexistir en una misma celebración.

Estas expresiones artísticas son una forma de acercarse a los antepasados y mostrar gratitud por su legado cultural y espiritual.

LA CONVIVENCIA ENTRE TRADICIÓN INDÍGENA Y CRISTIANA

El Ammam’i refleja una fusión cultural en la que las costumbres indígenas mojeñas se entrelazan con los ritos cristianos traídos por los colonizadores españoles.

Aunque la festividad tiene un fuerte componente religioso, con rezos y visitas a las iglesias, la influencia de las creencias indígenas se hace evidente en cada uno de los elementos que conforman esta celebración.

Esta convivencia entre tradición indígena y cristiana le otorga al Ammam’i una riqueza cultural única, que perdura a lo largo de los años en Trinidad y otras localidades del Beni.

El Día de Todos los Santos y el Ammam’i se han consolidado como un símbolo de identidad cultural para los mojeños, quienes, a pesar de los cambios generacionales, mantienen viva esta tradición y transmiten su significado a los más jóvenes.

Para las nuevas generaciones, esta es una oportunidad de conectarse con sus raíces y comprender el valor de sus antepasados.

EL AMMAM’I COMO SÍMBOLO DE IDENTIDAD Y RESISTENCIA CULTURAL

La celebración del Ammam’i no solo honra a los difuntos, sino que también es una muestra de resistencia cultural y de la importancia de preservar las tradiciones ancestrales en un mundo en constante cambio.

En un contexto donde la globalización y las nuevas costumbres tienden a influir en las prácticas locales, el Ammam’i se mantiene firme como una tradición que resalta la identidad cultural mojeña.

Para muchos mojeños, el Ammam’i es un recordatorio de la riqueza cultural que poseen y de la importancia de conservar su herencia espiritual y cultural.

En una época en la que las comunidades indígenas enfrentaron desafíos por la pérdida de sus territorios y la imposición de modelos culturales externos, el Ammam’i representó un espacio para reafirmar la cosmovisión mojeña y resistir a las asimilaciones foraneas.

RESPETO A LA VIDA Y A LA MUERTE

Más allá de las creencias religiosas, el Ammam’i transmite un mensaje universal de respeto por la vida y la muerte.

La celebración muestra que recordar a los difuntos no es solo un acto de nostalgia, sino una oportunidad para valorar la vida, reflexionar sobre la mortalidad y fortalecer los lazos familiares y comunitarios.

Para las familias trinitarias, el Ammam’i no es solo un ritual o una festividad; es un acto de amor y conexión con sus ancestros, una ocasión en la que la vida y la muerte se encuentran para recordar que los seres queridos siguen presentes en el corazón y la memoria de quienes los honran.

EL DÍA DE LOS DIFUNTOS EN LOS CEMENTERIOS

El 2 de noviembre, Día de los Difuntos, las familias trinitarias se trasladaron a los cementerios, general y de Covid-19 donde reposan los restos de sus seres queridos.

En Trinidad, los cementerios se llenaron de visitantes que llevaron flores, velas y rezos para recordar a sus familiares.

Durante la jornada, se pudo observar un ambiente de respeto y reflexión, pero también de comunidad, ya que las familias comparten historias sobre sus seres queridos y recuerdan los momentos especiales que vivieron junto a ellos.

En el cementerio, algunos realizaron oraciones en voz alta, mientras otros simplemente guardaron silencio frente a las tumbas.

Las velas encendidas simbolizaron la luz que guía a las almas y les recuerda que no han sido olvidadas.

En algunas zonas del Beni, se cree que estas almas regresan al mundo de los vivos solo durante estos dos días, por lo que la comunidad mojeña-trinitaria se asegura de brindarles una cálida recepción.