SOBRE LO QUE SUCEDE EN EL SALVADOR: ¡LA HISTORIA NOS HA ENSEÑADO QUE EL SILENCIO ANTE EL FASCISMO ES COMPLICIDAD!

Mar 17, 2025

Por Rander Peña

Vicepresidente de asuntos internacionales del PSUV

Lo que está ocurriendo en El Salvador, en complicidad con los Estados Unidos y la oposición entreguista y fascista venezolana, es una muestra descarnada del resurgimiento de prácticas inhumanas que creímos superadas. La construcción de cárceles que funcionan como campos de concentración, donde seres humanos son tratados con crueldad, no es solo una violación de los derechos humanos: es una confesión descarada del fascismo que busca regenerarse en nuestra era. Estas prácticas, que recuerdan los horrores del régimen nazi de Hitler, son una afrenta a la dignidad humana y un intento de normalizar la degradación y la deshumanización.

No podemos permitir que el fascismo, bajo ninguna forma, vuelva a ganar terreno en nuestro mundo. Estas acciones no son aisladas: forman parte de un sistema que cuenta con la complicidad de fuerzas políticas y actores que, lejos de defender la vida y la dignidad, promueven la opresión y el odio. Es MISERABLE que se utilice a migrantes venezolanos, como chivos expiatorios de un sistema que busca justificar su crueldad con discursos de miedo y división.

Estos venezolanos, en su mayoría migrantes económicos que se vieron obligados a abandonar su país debido a las medidas coercitivas unilaterales impuestas por potencias extranjeras en complicidad con la oposición fascista nacional, hoy son tratados de manera vil y criminalizados sin justificación alguna. Son acusados de delitos que muchos no cometieron, estigmatizados y abandonados como animales en condiciones infrahumanas. Lo que está ocurriendo no solo es una violación de sus derechos fundamentales, sino también el más nefasto precedente en la historia política reciente de América Latina. Nunca antes habíamos visto un trato tan degradante y sistemático hacia migrantes en la región. Este es el peor ejemplo de inhumanidad que Latinoamérica está presenciando, y no podemos permitir que se normalice.

Hoy hacemos un llamado urgente a todos los seres humanos, sin importar su ideología, raza, nacionalidad o creencia, a condenar de manera unánime y categórica estas prácticas fascistas. El fascismo no es una opción política: es la negación misma de la humanidad. No podemos permitir que se normalice el maltrato, la tortura o la deshumanización de personas bajo ningún pretexto. La historia nos ha enseñado que el silencio ante el fascismo es complicidad, y no podemos repetir los errores del pasado.

Condenemos juntos, como humanidad, estas acciones. Alcemos la voz para decir con firmeza: ¡Nunca más! El fascismo no tiene cabida en nuestro presente ni en nuestro futuro. La dignidad humana es inviolable, y cualquier sistema que la niegue debe ser erradicado con la fuerza de la justicia, la solidaridad y la unidad.