La inversión total destinada a este ambicioso proyecto asciende a 87 millones de bolivianos, lo que subraya el compromiso del gobierno boliviano con la diversificación de la producción y la creación de valor agregado en el sector agroalimentario.
Recientemente, el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), a través del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, ha lanzado una iniciativa significativa destinada a fortalecer la industria piscícola en Bolivia. Este proyecto estratégico involucra la construcción de una planta industrial de procesamiento de pescado en la región del Beni, específicamente en Rurrenabaque, según lo anunciado por el director nacional del Senasag, Miguel Quiroz.
La inversión total destinada a este ambicioso proyecto asciende a 87 millones de bolivianos, lo que subraya el compromiso del gobierno boliviano con la diversificación de la producción y la creación de valor agregado en el sector agroalimentario.
El objetivo principal de esta iniciativa es incrementar el consumo de pescado entre la población boliviana, garantizando la disponibilidad de productos de alta calidad para su comercialización tanto a nivel nacional como internacional. La planta tendrá una capacidad de procesamiento de 420 toneladas, enfocándose en especies de gran valor como el paiche, surubí y pacú. Esto no solo contribuirá a satisfacer la demanda interna, sino que también permitirá posicionar a Bolivia como un jugador competitivo en el mercado global de productos pesqueros.
Además, la planta tiene previsto producir 22,750 alevines de paiche y ofrecer una variedad de productos, que incluyen pescado eviscerado, filetes, pescado ahumado y cortes especiales, todos con envasado al vacío. Esta diversidad en la oferta permite atender a diferentes segmentos del mercado, tanto local como extranjero. El rol del Senasag será fundamental en este proceso, ya que se encargará de las supervisiones sanitarias y de calidad, asegurando que los productos cumplan con los estándares requeridos para su consumo y exportación.
El inicio de las operaciones de esta planta está proyectado para el presente año, y las expectativas son altas en cuanto a la calidad del pescado que se procesará. Quiroz enfatizó que se espera que la excelencia de estos productos se valore en el ámbito nacional e internacional, lo que no solo generará ingresos significativos, sino que también creará una cantidad considerables de fuentes de empleo en la región del Beni. Esta dinámica no solo beneficiará a los trabajadores directamente involucrados en la industria piscícola, sino que también impulsará la economía local en su conjunto.