El mandatario explicó que los créditos que deben aprobar en la Asamblea permitirían el ingreso de dólares al Banco Central de Bolivia (BCB), recursos que luego podrían destinarse a la compra de combustible
El presidente del Estado, Luis Arce Catacora, atribuyó la escasez de combustible en el país a la falta de dólares para su importación y abastecimiento, y no a la subvención estatal.
En entrevista con Radio San Gabriel, el mandatario aclaró que el principal problema radica en la dificultad de adquirir divisas extranjeras para la compra de carburantes.
«En realidad, no tenemos problema con la subvención. El problema es la adquisición, la compra, la importación del combustible, que se nos dificulta por la falta de moneda extranjera», explicó Arce, señalando que esta situación se arrastra desde hace varios años.
El Jefe de Estado sostuvo que, aunque el Gobierno ha tomado medidas para resolver el problema, la creciente demanda de combustible supera la capacidad de respuesta.
Como parte de las soluciones implementadas, mencionó la aplicación del horario continuo en el sector público y privado, la adopción de clases virtuales en las escuelas y el incremento del 80% en la atención de la demanda de carburantes.
Arce también denunció la paralización en la aprobación de créditos externos en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), los cuales estaban destinados a proyectos de inversión pública y atención de desastres naturales.
Según detalló, estos créditos fueron enviados a la ALP desde 2021, pero en 2022 su tratamiento se ralentizó y en 2024 se paralizó casi por completo.
El mandatario explicó que estos créditos permitirían el ingreso de dólares al Banco Central de Bolivia (BCB), recursos que luego podrían destinarse a la compra de combustible.
«Si no hay el crédito, el país pierde de dos maneras: primero, no ingresa dinero para obras públicas; y segundo, perdemos los dólares que estarían en el Banco Central», puntualizó.
Finalmente, Arce destacó que la dependencia de la importación de combustible ha crecido considerablemente en los últimos años.
Mientras que en 2016 el país producía el 50% del diésel que consumía, actualmente debe importar el 90%. Según el presidente, esto se debe a la falta de políticas de exploración de hidrocarburos por parte de anteriores gobiernos, lo que ha convertido a Bolivia en un importador neto de carburante