LA DIPLOMACIA BOLIVARIANA HACIA 2031

Feb 18, 2025

Por César Trompiz

Embajador de Venezuela en Bolivia

La política exterior de Venezuela se enmarca en la Diplomacia Bolivariana de Paz, una visión única impulsada por el Comandante Hugo Chávez y desarrollada, desde su tiempo de canciller, por el Presidente Nicolás Maduro Moros. Hacia el 2031 esta política se guía por la séptima transformación del Plan de las 7 Transformaciones (7T), que establece una hoja de ruta clara, ambiciosa y revolucionaria para los próximos años.

Su objetivo principal es consolidar un mundo pluripolar y multicéntrico, en línea con los principios constitucionales y los valores del bolivarianismo, que promueven la integración regional y la resistencia frente a las estructuras de dominación imperialistas. Este enfoque no solo busca proteger la soberanía nacional, sino también posicionar a Venezuela como un actor clave en la reconfiguración del nuevo mundo emergente.

Integración Latinoamericana y Caribeña: El ALBA-TCP como eje central

La integración regional es un pilar fundamental de la política exterior venezolana, tal como lo establece la doctrina bolivariana. La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) es un espacio vital para el relacionamiento político, económico y social de la Revolución Bolivariana. Según el Plan 7T, se busca fortalecer nuestro bloque mediante agendas concretas de acción que promuevan la soberanía, la cooperación, la complementariedad económica y la solidaridad entre los pueblos:

«Fortalecer la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP) como el espacio vital de relacionamiento político de la Revolución Bolivariana, en su visión integral de las dimensiones transformadoras de la sociedad» (7T, Geopolítica).

La revitalización del ALBA-TCP en su XX Cumbre de Presidentes, en diciembre de 2024, es una señal clara de su importancia estratégica para Venezuela y los países miembros. Este evento no solo reforzó los lazos existentes, sino que también incorporó a nuevos observadores y aliados, consolidando el bloque como un motor de la unión regional.

Además, Venezuela trabaja en dinamizar otros mecanismos de integración como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), promoviendo la resolución pacífica de conflictos y la defensa de la democracia. En un contexto regional marcado por gobiernos de derecha y fuerzas políticas que buscan aislar a Venezuela, esta estrategia adquiere un carácter revolucionario. Dentro del plan, la propuesta de crear una Zona Económica Caribeña Suramericana, integrando el ALBA, Petrocaribe y el Mercosur, es un ejemplo concreto de cómo Venezuela busca reducir la dependencia de mercados externos y fomentar cadenas productivas regionales. Este esfuerzo, aunque dependiente de las dinámicas internas de cada país miembro, refleja una visión audaz y transformadora.

Petrocaribe: Cooperación más allá de lo energético

Petrocaribe se perfila como un esquema de cooperación integral que trasciende lo energético, enfocándose en el desarrollo, la inclusión y la inversión regional. Venezuela busca fortalecer los mecanismos logísticos y financieros de esta iniciativa, promoviendo la complementariedad económica y la sustitución de importaciones entre los países miembros:

«Fortalecer y expandir el alcance de Petrocaribe como esquema de cooperación, más allá de lo energético, para el desarrollo de las bases económicas y sociales de la democracia plena y soberana entre Venezuela y los países del Caribe» (7T, Geopolítica).

Este enfoque busca crear una red de intercambio comercial y productivo que beneficie a los países del Caribe, basada en principios de solidaridad y desarrollo soberano. El potencial energético de Venezuela, al contar con las mayores reservas de petróleo del mundo, permite tejer relaciones comerciales, políticas, sociales, científicas y culturales alrededor de esta materia prima. La Revolución Bolivariana ha decidido que esta fortaleza natural sirva para construir relaciones de paz y justicia global, convirtiendo a Petrocaribe en un instrumento de desarrollo de la dignidad humana de sus miembros, sin dejar de ser un buen negocio para nuestro país.

Relacionamiento con el Mercosur y otros bloques regionales

A pesar de los obstáculos impuestos por gobiernos de derecha en la región, Venezuela busca profundizar su relación con el Mercosur, impulsando políticas de integración productiva, transferencia tecnológica y desarrollo industrial. Se plantea la creación de parques industriales regionales y la modernización de matrices energéticas para optimizar el intercambio comercial:

«Profundizar el relacionamiento y cooperación con los pueblos del Mercosur, fortaleciendo este como un espacio de cooperación e integración social, política, económica, productiva y comercial» (7T, Geopolítica).

Venezuela, con su posición estratégica en el Caribe y sus vastos recursos energéticos, representa una oportunidad única para fortalecer la integración regional. La cercanía con el Canal de Panamá, la orientación de sus puertos y su potencial en tierras raras son ventajas que el Mercosur no puede ignorar. Aunque las tensiones ideológicas han limitado esta relación en el pasado, la orientación hacia el Mercosur sigue siendo una dirección natural y necesaria para Venezuela y el bloque económico.

Fortalecimiento de alianzas con potencias emergentes

La política exterior venezolana se alinea con los polos de poder emergentes, respetuosos de la autodeterminación de los pueblos, como los países BRICS, y otras naciones no alineadas a la hegemonía occidental. Este acercamiento busca consolidar un mundo pluripolar, donde las decisiones globales no estén dominadas por un solo centro de poder:

«Consolidar las relaciones políticas con los polos de poder emergentes y no alineados con las políticas imperiales» (7T, Geopolítica).

Venezuela ha establecido alianzas estratégicas en áreas como la tecnología, la energía y la defensa, con el objetivo de reducir la dependencia de los centros imperiales. Estas relaciones, tejidas desde la época del Comandante Chávez, han sido un escudo contra el bloqueo estadounidense y representan una estrategia clave para la supervivencia de la República Bolivariana.

Diplomacia de los pueblos y movimientos sociales

Un aspecto innovador de la política exterior venezolana es la inclusión de los movimientos sociales en la construcción de un mundo multipolar. La Diplomacia Bolivariana de Paz promueve la participación de los pueblos en espacios internacionales y la creación de un sistema alternativo de derechos humanos que defienda los intereses de los pueblos y no los intereses geopolíticos de las potencias dominantes:

«Impulsar la diplomacia de los pueblos y la participación protagónica de los movimientos populares organizados en la construcción de un mundo multipolar y en equilibrio» (7T, Geopolítica).

Esta estrategia fortalece la soberanía de los pueblos y representa una corriente democrática en las relaciones internacionales. Los movimientos sociales han permitido a Venezuela romper el cerco mediático y establecer nuevos lazos con bases sociales, económicas y culturales, incluso frente a las más de 1000 medidas coercitivas unilaterales impuestas por potencias extranjeras.

Desmontaje del sistema neocolonial

Venezuela se ha propuesto desvincularse de los mecanismos internacionales de dominación imperial, denunciando tratados que limiten la soberanía nacional y fortaleciendo alianzas para neutralizar las acciones de las potencias neocoloniales.

«Desvincular a Venezuela de los mecanismos internacionales de dominación imperial» (7T, Geopolítica).

Este enfoque incluye la reconfiguración del sistema financiero y comercial internacional, privilegiando el uso de monedas alternativas al dólar. En un mundo donde el sistema neocolonial está en crisis, Venezuela apuesta por un nuevo orden que garantice el equilibrio y la justicia.

Identidad nacional y nuestramericana

La Diplomacia Bolivariana de Paz también tiene un fuerte componente cultural y educativo, promoviendo la identidad nacional y nuestramericana. Se busca afianzar la diversidad étnica y cultural de la región, incluyendo a los pueblos originarios en los procesos de toma de decisiones.

«Afianzar la identidad nacional y nuestramericana, consolidando la visión de la heterogeneidad y diversidad étnica de Venezuela y Nuestra América» (7T, Geopolítica).

Este enfoque no solo fortalece la cohesión interna, sino que también proyecta una imagen de unidad y resistencia frente a las presiones externas. La promoción de nuestra identidad es parte del proyecto histórico bolivariano de unir la Patria Grande en función del “equilibrio del universo”.

Hacia el equilibrio del universo

Hacia el 2031, el plan de la Revolución Bolivariana se enfoca en la construcción de un mundo pluripolar, basado en la integración regional, la soberanía y la cooperación solidaria. Con los pueblos al frente, Venezuela aspira a seguir siendo un motor de la unidad latinoamericana y caribeña, mientras establece alianzas estratégicas con potencias emergentes para contrarrestar la influencia de los centros imperiales.

El propósito es declarado sin ninguna cortapisa en nuestro plan: «Continuar impulsando el desarrollo de un mundo multicéntrico y pluripolar, sin dominación imperial y con respeto a la autodeterminación de los pueblos» (7T, Geopolítica).

Las previsiones con las que la Revolución ha planificado las relaciones internacionales de Venezuela, siguen alimentando el camino emprendido desde la fundación de la Revolución Bolivariana. Ahora con la experiencia de los años anteriores, seguimos la senda bolivariana, chavista y antifascista de las relaciones internacionales.