La asesora del Ministerio de Hidrocarburos y Energías, Rocío Molina, aseguró que el expresidente de Bolivia, Carlos Mesa, deberá explicar al país la mágica desaparición de 61 trillones de pies cúbicos de gas (TCF por sus siglas en inglés) contemplados en la certificación de reservas realizado en 2004. Cuestionó, además, la venta de gas a Argentina a precio de gallina muerta.
“Mesa certificaba 70 TCF en esa época y luego el 2009 se tenía una certificación de 9 TCF. ¿Qué es lo que pasó con 61 TCF? ¿Qué pasó con ese gas señor Carlos Mesa? ¿Hubo un consumo desmedido? ¿Se vendió gas a alguna parte que no conocemos? Son preguntas que debe responder el expresidente Carlos Mesa al país”, enfatizó Molina.
Considera que la política hidrocarburífera del exmandatario del país fue errática, la misma que fue liderada por su exministro Álvaro Ríos.
“En medio de esta manipulación cuestionada, su exministro renunció supuestamente porque evadió el asistir al Congreso Nacional para una interpelación donde se estaba acusando al gobierno de Carlos Mesa de estar relacionado con empresas petroleras, como menciona el periódico Opinión el 3 de septiembre de 2004”, complementó.
El 2004 se presentó a Bolivia una certificación de reservas de 70 TCF, volumen que, a decir de la asesora del Ministerio de Hidrocarburos y Energías, parece inflado. “Creemos que ha existido una manipulación de estos informes confundiendo las reservas probadas, probables y posibles”, acotó.
Añadió que en el gobierno de Mesa ocurrieron “cosas extrañas como por ejemplo la venta de gas a Argentina por un precio ínfimo de un dólar por millón de BTU. Es decir, un precio de regalo en un tiempo cuando Bolivia vivía una crisis galopante a nivel político, económico y social”.
Molina reflexiona que se debe ser responsable con la información que se difunde. Considera que la politización de este tipo de acciones genera susceptibilidad y ambigüedad de aspectos que son netamente técnicos.