Gobiernos, activistas y organismos internacionales condenan la operación naval israelí y exigen acción urgente
Interceptación en aguas internacionales
Israel concluyó la operación de interceptación contra la Flotilla Global Sumud (GSF), compuesta por embarcaciones que transportaban ayuda humanitaria con destino a la Franja de Gaza. La Armada israelí detuvo a los barcos en aguas internacionales, a unas 70 millas náuticas de la costa de Gaza, y trasladó a los activistas al puerto de Ashdod para su deportación.
Entre los detenidos se encontraban más de 400 activistas internacionales, incluyendo figuras como Greta Thunberg, la eurodiputada Rima Hassan, el actor Liam Cunningham y la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau. La organización denunció que una de las embarcaciones fue embestida deliberadamente y otras fueron alcanzadas por cañones de agua.
El ejército israelí justificó la acción alegando que la flotilla se dirigía a una “zona de combate activa” y que violaba el bloqueo naval impuesto sobre Gaza. Sin embargo, la GSF aseguró que su misión era pacífica y que el abordaje fue ilegal.

Reacciones diplomáticas y condena internacional
La operación israelí provocó una oleada de condenas diplomáticas. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ordenó la expulsión de los diplomáticos israelíes y la suspensión del acuerdo de libre comercio con Israel. También exigió la liberación de dos ciudadanas colombianas que viajaban en la flotilla.
Desde Francia, el canciller Jean-Noal Barrot expresó preocupación por la seguridad de los activistas, mientras que Italia aseguró que había recibido garantías de que no se usaría violencia durante el abordaje. Turquía calificó la acción como un “acto terrorista” y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió levantar el bloqueo sobre Gaza y permitir el ingreso de ayuda humanitaria sin obstáculos.
Irlanda también se sumó a las críticas. El viceprimer ministro Simon Harris calificó la situación como “muy preocupante” y el presidente Michael D. Higgins expresó su inquietud por la seguridad de los participantes en la misión.
Protestas globales y movilización social
La interceptación de la flotilla generó manifestaciones en diversas ciudades del mundo, incluyendo Colombia, Argentina, México, Italia, España, Grecia, Bélgica y Turquía. En Italia, sindicatos convocaron una huelga general en defensa de la flotilla y de los valores constitucionales.
La GSF denunció que Israel intentó bloquear las señales de socorro y las transmisiones en vivo desde las embarcaciones. A pesar de la represión, la organización reafirmó su compromiso de romper el cerco sobre Gaza y continuar con sus misiones humanitarias.

Persistencia de la misión humanitaria
Una segunda flotilla, compuesta por nueve naves que zarparon desde Italia, continúa su rumbo hacia Gaza con el objetivo de romper el bloqueo, pese a la interceptación de la Flotilla Sumud.
Ezequiel Peressini, dirigente argentino a bordo del Sirius, declaró que llevan más de 30 días en el mar con el propósito de entregar ayuda humanitaria. “Tenemos que seguir intentándolo. Porque en el momento en que dejamos de intentarlo, perdemos nuestra humanidad”, expresó Greta Thunberg en una rueda de prensa previa al embarque.
La GSF ha sido clara en su misión: desafiar el bloqueo impuesto por Israel desde hace dos años y entregar ayuda vital a una población que enfrenta una catástrofe humanitaria. A pesar de los ataques con drones, los abordajes y las detenciones, los activistas insisten en que el mundo no puede permanecer en silencio ante lo que califican como un genocidio transmitido en directo.

Con información de Aleks Phillips (BBC News), Norberto Paredes (BBC News Mundo) e hispantv.com.