Mahmoud Elalwani
embajador del Estado de Palestina en Bolivia
El domingo 28 de enero de 2024 se celebró en Jerusalén una conferencia bajo el lema “La judaización y el desplazamiento traen la paz”, en línea con el anuncio de Netanyahu del establecimiento de una zona de amortiguamiento a lo largo de la línea divisoria de Israel con la Franja de Gaza. Esta conferencia tuvo lugar en presencia de once ministros israelíes, Ben Gvir, el Ministro de Seguridad Nacional, Smotrich, el Ministro de Finanzas, Miki Zohar, el Ministro de Cultura, Israel Katz, el Ministro de Asuntos Exteriores y otros quince diputados de la coalición gobernante, con representantes del extremismo israelí y con asociaciones de colonos, incluido el presidente del Consejo de Asentamientos en Cisjordania, Yossi Dagan y la organización de asentamientos «Nahala», clasificada como organización terrorista internacional.
La conferencia es una continuidad del plan y forma parte de los «objetivos del día después de la guerra de Gaza» que se basa en la política de «traslado e inmigración» de la población palestina fuera de su patria. Día tras día, se vuelve más claro cuáles son los objetivos de la guerra de Gaza y de cómo se utilizará el pretexto de autodefensa del 7 de octubre de 2023 para elaborar un proyecto político cuya esencia es borrar el proyecto nacional palestino. Un plan encaminado hacia la consolidación de la judaización general de Palestina.
El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Katz, en el debate que tuvo lugar con la Unión Europea en Bruselas hace dos semanas y en relación con el escenario del alto el fuego en la Franja de Gaza y sobre la discusión del establecimiento de un Estado palestino, sugirió la hipótesis de establecer una isla artificial en el mediterráneo frente a la Franja de Gaza donde el pueblo palestino podría vivir. Afirmó que la Agencia de las NN.UU. la UNRWA no tendrá ningún papel después del fin de la guerra de agresión en la Franja de Gaza. La conferencia de guerra sobre “desplazamiento y judaización” en la Franja de Gaza coincidió con la guerra de “genocidio” que inició contra la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA) para imponer la ecuación de asentamientos y cambiar la definición de refugiados.
En el mundo de la política no hay grandes coincidencias, quien lidera la guerra de limpieza étnica y el diseño del mecanismo de judaización contemporáneo son el gobierno extremista israelí y sus aliados.
Esta conferencia y su contenido revelan una vez más el verdadero rostro del gobierno de Israel, su hostilidad hacia la paz y su adhesión a la ocupación, a los asentamientos y al apartheid, en las formas más espantosas de incitación contra el pueblo palestino, con llamamientos constantes a desplazarlos por la fuerza, destruyendo los cimientos de su supervivencia en su patria. También refleja la tendencia de la extrema derecha gobernante israelí a encender más fuegos en las zonas circundantes del conflicto que están en peligro de estallar. Como se está observado, Israel y sus aliados tienen la intención de calentar todos los frentes en la región.
La celebración de la conferencia de asentamiento es una respuesta rápida y práctica a los países que hablan sobre la “solución de dos Estados” pero que, hasta el momento, todavía no reconocen el Estado de Palestina. Es un mensaje revelador hacia aquellos que exigen la “solución de dos Estados”.
La conferencia celebrada se considera un acto de provocación, especialmente después de que la Corte Internacional de Justicia pidiera a Israel que tomara todas las medidas temporales para impedir cualquier acto que pudiera considerarse genocidio.
La guerra genocida perpetrada por las fuerzas de ocupación contra nuestro pueblo continúa desde el 7 de octubre pasado y ya dura más de cuatro meses, dejando cifras escalofriantes de 27.781 muertos, de los cuales 7.600 son mujeres y 12.100 son niños, el número de heridos asciende a 71.000 y hay más de 8000 desaparecidos bajo los escombros porque las fuerzas de ocupación impiden que las ambulancias lleguen hasta ellos.
El gobierno de ocupación extremista ignora todas las decisiones de la comunidad internacional y no presta atención a la decisión de la Corte Internacional de Justicia, ni a las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de las Naciones Unidas, ni a todos los llamamientos internacionales para proteger a los civiles y asegurar sus necesidades humanitarias básicas.
La comunidad internacional debe ejercer una presión real sobre Netanyahu para frenar estas prácticas provocativas, debe imponer sanciones disuasorias a los colonos terroristas, a sus líderes y a quienes los respaldan a nivel político. Se ha vuelto necesario que el Consejo de Seguridad de la ONU asuma su responsabilidad de obligar a Israel a implementar la resolución sobre justicia internacional. Las principales potencias que controlan la resolución internacional no deben utilizar el derecho de veto para defender al gobierno de ocupación y para proteger a los responsables de cometer crímenes de genocidio.
La conferencia colonial en Jerusalén es un desafío flagrante a la decisión de la Justicia Internacional y una incitación pública a desplazar por la fuerza a los palestinos.